Hablando se entiende la gente y escribiendo se deja
constancia de lo hablado. Así parece haberlo entendido el grupo de caballeros y
nobles que, en el año 1215, se reunieron en las llanuras de Runnymede para
discutir y reivindicar sus derechos, cuyo reconocimiento demandarían del rey de
Inglaterra Juan sin Tierra, apodado así por haber sido desposeído de los feudos
que tenía en Francia. El resultado del encuentro fue la preparación de un
importante documento conocido como la Carta Magna, en el que quedaron plasmados
los derechos de la nobleza y de la burguesía. El rey Juan, aunque reluctante al
comienzo, terminó por aceptarlo colocándole su firma y sello el 15 de Junio de
1215. Por vez primera quedaba reconocido el sagrado principio de que "ni
el rey está por encima de la ley".
Durante los reinados de Enrique III y Eduardo I,
sucesores de Juan, la vigencia de la Carta fue ratificada con ligeras
modificaciones. El texto final, transcrito en número suficiente de ejemplares
como para ser enviado a todos los condados del reino, fue firmado y sellado por
Eduardo I en el año 1297.
La Magna Carta contiene los principios de lo que se
conoce como el Derecho Común (Common Law), en el que se basaron posteriormente
las legislaturas de muchos países. En ella están consagrados principios
fundamentales que perduran hasta nuestros días como, por ejemplo, que ninguna
persona puede ser encarcelada ni privada de su vida o de sus bienes sin que
medie una sentencia judicial. Además, queda sentado el principio de que la
justicia debe ser ejercida en forma independiente de toda presión ajena.
La Carta Magna está
escrita en latín, idioma que se empleaba en muchas cortes europeas de la época,
sobre pergaminos que miden 45 cm. en alto por 37 cm. en ancho. Se conservan 4
ejemplares originales. Uno en la iglesia de Lincoln, otro en la catedral de
Salisbury y uno en el Museo Británico. El cuarto ejemplar permaneció ignorado
por siglos hasta que fue descubierto en el año 1974, al hacerse un inventario
en la mansión de la familia Brudenell, uno de cuyos antepasados, Edmund
Brudenell, fue Contralor General bajo el reinado de Ricardo II (1377-1399).
Este ejemplar fue adquirido en 1984, en una suma no revelada, por un acaudalado
hombre de negocios de la ciudad de Dallas, Texas, quien lo puso a disposición
del Archivo Nacional de los Estados Unidos, para ser exhibido al público por
tiempo indefinido. El documento está debidamente protegido en un marco de
bronce cubierto con vidrio y relleno con gas helio, para evitar su deterioro.
En el año 1965, EE.UU. emitió un sello postal para
conmemorar el 750 aniversario de la firma de la Carta Magna, cuyos principios
fundamentales sirvieron de base para la redacción de la Declaración de la
Independencia y de la Constitución de esa nación.
Tomado
del libro HISTORIAS con HISTORIA – Crónicas Entretenidas
Autor:
Manuel Mariño Reimann
Socio
ACFA N°79