El sobre
viejo
Patricio Canessa
A mi amigo le gusta ordenar sus sellos de noche. Pasa horas y
horas hasta la madrugada revisando sus clasificadores. Con frecuencia lo vence
el sueño…..
Esa noche como tantas otras el clasificador estaba abierto…un
sello nuevo recordaba las peripecias que vivió su vecino, un sello usado hasta
llegar a hacerle compañía en el clasificador.
En la página opuesta había llegado un personaje extraño. El
sello nuevo preguntó si alguno lo conocía. Era grande y parecía muy maltratado.
-Parece un sobre. Recuerdo que me
pegaron en uno parecido – dijo el sello usado.
Le habla con cierta timidez y le dice – pareces un sobre
viejo, yo estaba en uno mas nuevo pero me bañaron para despegarme y me pusieron
aquí – el sobre le contesta que está muy cansado y que después conversará con
el.
Parece engreído – señaló el sello nuevo.
No soy engreído, tengo mis años y he recorrido mucho, mucho.
Tu vida parece entretenida le dijo el sello usado.
Si les contara seguro no me creerían – me mandaron a un lugar
que era muy caluroso, yo venía del frío; dentro de una caja de madera con
paquetes y otros sobres como yo.
El viaje fue largo y parece que en barco por que no dejamos
de balancearnos. Nos recibió una persona con la piel que parecía quemada, muy
rara, y me dejó aparte. Hablaba un idioma que no entendí, me pusieron en otra
caja con mas sobres y paquetes; pasaron varios días.
¿No te asustaste? Preguntó el sello nuevo, -yo siempre he estado acá bien cuidado y
seguro. – No, lo que mas me molestaba era el calor – respondió el sobre.
-Finalmente después de
otro viaje llegue a un lugar en que sí entendí lo que decían - continuó el
sobre.
- No podía
creerlo, me habían mandado a un lugar equivocado..!
Qué pasó entonces preguntaron al unísono lo sellos que
escuchaban atentamente.
– Me llevaron a varios lugares pero no me dejaron en ninguno;
al cabo de un tiempo me pusieron este timbre rojo y me devolvieron a casa -
Que pena, dijo el sello usado.
–No, volví a salir de viaje, ahora en una caja mas bonita y para
mi solo, parece que nuevamente en otro barco, porque se balanceaba todo el
tiempo. –No se cuanto tiempo pasó y otra vez…… mucho calor!
-Me recibieron con
honores, una sola persona, creo era importante, dio las gracias muchas veces y
su piel no estaba quemada. Me puso en una maleta con olor a cuero. Después de
un rato llegamos a un lugar donde me entregaron a un señor gordo con
uniforme….por fin, exclamó-.
- Me hizo un tajo, y sacaron lo que traía…. yo no les
importaba, me botaron al suelo.
Después de todo lo que habías pasado – dijo el sello usado.
…Así fue, me recogió una persona que me entregó a un
niño….parece que le gustaban las estampillas, así es que me resigné a que
sacaran la estampilla, ojalá que bañándome y no con tijeras.
…Pero no te sacaron la estampilla, todavía la tienes..
Si, tuve suerte – dijo el sobre.
…Pasé muchos meses en el cajón de un escritorio. Me cambiaron
por un montón de estampillas, el niño quedó feliz y parece que el señor
también.
…Me llevaron a una tienda, me vendieron…..
…El caballero que me compró dijo que le interesaba el pueblo
de donde yo venía.
No te creo, -le dijo
el sello nuevo -, tu pueblo es muy chico y además cerraron la oficina de
correos ahí.
Pero lo importante es el sello que tienes pegado – acotó el
sello usado
…Parece que no, porque lo que mas le gustó cuando me vio es
el timbre que pusieron cuando me devolvieron y el primero que me pusieron en mi
primer viaje.
- Cuéntanos
como llegaste aquí
Pasé muchos años en distintas tiendas y lo que mas me gustaba
es que cada vez que me compraban pagaban mas….parece que no saben mucho porque
hay muchos sobres mas bonitos y no tan viejos ni ajados.
Uno de los sellos que escuchó atentamente el relato del sobre
comentó que debía tener muchos años – tengo mas de cien – dijo el sobre.
…El silencio invadió el clasificador…..quienes habían
escuchado la historia tenían sólo uno pocos años.
Por eso te cuidan tanto y estás en una hoja especial, debes
ser muy importante….dijeron varios.
Las primeras luces del amanecer tocaron la ventana y mi amigo
cerró el clasificador. Se acomodó en el
sillón y continuó soñando con su sobre recién adquirido.